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El lijado es probablemente la parte más importante y la más tediosa de la tarea de pintura, por eso al hacerlo debemos hacerlo correctamente. Pero la primera pregunta que surge es: ¿Cual lija debo utilizar? ¿Debo utilizar más de una?
Aunque diversos tipos de lija pueden parecer similares entre sí, a menudo se componen de materiales diferentes, presentan una amplia gama de grano y son más adecuados que otros para ciertas superficies. Si uno entiende las cuestiones básicas de como funcionan estos materiales podrá elegir la lija u orden de lijas a utilizar correcto y aumentará increiblemente el rendimiento de la pintura hasta en años por tener el anclaje correcto.
BrimennTip #1
Utilizar el número de Grano correcto. Esto dependerá del uso. Aquí podrán ver cual es el recomendado
Si una superficie estuviera en mal estado, deberé ir lijandola con granos más gruesos hasta más finos, según que tan deteriorada esté y a que terminación quiera llegar. Por ejemplo, si tuviera que lijar una pared con mucho relieve como para pintarla con pintura mate utilizaría primero una lija media y luego una fina. Ahora, si quisiera pintar la reja del exterior recién comprada y deseo una terminación brillante muy pareja, utilizaría para empezar una fina (porque la superficie está en buen estado) y luego una muy fina para que tenga un mejor brillo.
BrimennTip #2
La lija debe ser del material adecuado. Según el material que vaya a lijar, recomendamos los siguientes tipos de lija. Siempre puedo utilizar una distinta, pero obtendré mejores resulados con la correcta.
BrimennTip #3
¿Que formato debo utilizar? Si voy a lijar a mano debo utilizar las hojas que normalmente vienen de tamaño 23cm x 28cm. Si tengo alguna máquina para lijar esta puede utilizar lijas en Banda o discos son las más habituales. Hay máquinas que utilizan también las hojas convencionales.
BrimennTip #4
¿Lijado en seco o en húmedo?
Independientemente del tipo de soporte, las tareas de lijado pueden realizarse en seco, o bien siempre y cuando el material de la pieza de trabajo lo permita en húmedo, es decir, con agua o algún otro lubricante. Las ventajas del lijado en húmedo y, por ende, de las lijas al agua son varias, ya que brindan:
Mayor facilidad y eficiencia: la reducción de la fricción y del empaste garantizan un proceso de lijado más rápido y sin esfuerzo.
Mayor rendimiento: un proceso de lijado más suave produce un acabado superficial más uniforme.
Mayor seguridad: con el lijado en húmedo se reduce la inhalación de polvo y de partículas potencialmente dañinas que siempre se liberan en cualquier lijado en seco.
Mayor durabilidad: el abrasivo dura más tiempo, ya que está sometido a un menor desgaste y una menor acumulación de calor durante el lijado.
Mayor facilidad de almacenamiento: puesto que son resistentes al agua, pueden almacenarse en cualquier lugar, sin tener en cuenta si eventualmente se mojan o quedan en contacto con el agua.
Para que una lija sea apta para usar con agua, obviamente, tanto el soporte como el material abrasivo deben ser resistentes al agua. Entonces, ¿cómo podemos saber si la lija que estamos eligiendo sirve para usar con agua? Normalmente se aclaran que son “al agua” en su reverso. Si no está indicado , lo más probable es que no sea resistente al agua.
Estos son nuestros consejos, ahora buena suerte, y a lijar!