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La temperatura, la humedad y el viento son factores que se deben tener en cuenta para no afectar la buena adherencia y evitar defectos en la pintura.
No hay que menospreciar el estado del tiempo a la hora de pintar en exteriores. Ahora te daré algunos consejos que pueden serte de utilidad para evitar inconvenientes durante el pintado, y lograr mejores resultados
La temperatura
Se recomienda no pintar directamente al sol. La incidencia directa de los rayos solares sobre las superficies hace que éstas adquieran elevadas temperaturas que perjudican la adherencia del material. Principalmente, porque el solvente, aguarrás o agua, de la pintura se evapora rápidamente produciendo un inmediato secado y evitando la penetración en la superficie, originando burbujas de aire o ampollas casi inmediatamente después de aplicarlo. Esto se observa frecuentemente en pinturas al solvente como esmaltes sintéticos y barnices.
En el caso de pinturas al agua puede ocurrir un resquebrajamiento de la capa de material aplicada sobre la pared. Por ello se recomienda pintar fachadas y exteriores a la sombra o en horas de la mañana o el atardecer, ya que por más que haya sol, la temperatura de la pared no es alta como para generar defectos.
También se debe tener muy en cuenta el calor en el pintado de piscinas, donde se aconseja trabajar en días secos y con temperaturas entre los 10º y los 25º.
Las temperaturas muy bajas también nos generan un tiempo de secado más lento, y una pintura que no sea de alta calidad puede no formar película, generando defectos como cráteres.
La humedad
En el caso que la humedad ambiental sea alta, superior al 80%, se produce una condensación sobre la superficie humedeciéndola y dificultando la adherencia del material aplicado, principalmente tratándose de pinturas al solvente. Por lo que se recomienda pintar con humedad relativa inferior al 80%. En materiales como el metal se suele tomar la temperatura del metal y compararla con el punto de rocío del día, (dato que se puede conseguir del servicio meteorológico nacional) la temperatura del metal debe ser al menos 3°C superior al punto de rocío.
El viento y las partículas de polvo
La dificultad que impone el viento es obvia. La adherencia de partículas de polvo e impurezas ensucian la superficie y le otorgan una acabado áspero. Esto es menos evidente durante el pitando de paredes pero sí afecta muy seriamente la carpintería y otras superficies expuestas al tacto. También puede ocasionar que se desprenda la pintura ya que con la suciedad no se consigue tener adherencia a la pared.
En días de malas condiciones climáticas les recomendamos pintar en interiores, con las precauciones correspondientes. Aunque es mucho mejor pintar en exteriores, gracias a la iluminación y ventilación, debemos esperar un día adecuado para hacerlo.